BASURA – Volumen I: Policías
Nuestra brigada experta en investigar la maldad inherente en el mundo moderno está orgullosa de presentaros BASURA, o por sus siglas, Bestiario de Abominaciones Sarcástico: Una Retrospectiva Anarquista.
Estudiando la realidad mediante nuestro método patentado cientificosocialparódico™, catalogamos diferentes manifestaciones abominables de forma empírico-sarcástica.
Hoy, con motivo de celebrar Halloween, os traemos el Volumen I de nuestro bestiario, describiendo un ente pesadillesco que frecuenta nuestras ciudades, agrede a sus ciudadanos y secuestra a nuestros vecinos.
Volumen I - Policías
Criaturas antropomórficas con ridículas vestimentas, que varían de color según la región, pero se las ha visto azules, verdes e incluso se dice que grises en el pasado.
Presentan una actitud violenta hacia los humanos. Se ha visto en ellos un comportamiento que se asemeja a los abusones de colegio, pues disfrutan oprimiendo y vejando a las personas más indefensas mientras que no se les ha avistado jamás atacando a alguien con poder. Y, como los abusones, rara vez se les encuentra solos, siempre aparecen en grupos de dos o más, demostrando una cobardía sin igual dentro del mundo animal (si es que fuesen animales), ya que en cuanto la situación se les escapa un poquito de control no dudarán en retirarse y pedir refuerzos. Se teoriza que existen números escabrosos de estas bestias. También como los abusones, los policías brillan por su falta de inteligencia. Varios avistamientos reportan que tienen la capacidad cognitiva justa para mantenerse en pie y caminar recto. Llevan gorra para ocultar sus cabezas vacías. Aun así, se recomienda evitarlos y actuar con cautela si se encuentran cerca, pues son altamente agresivos y van armados.
Se cree que estos seres no son más que títeres, meros monigotes uniformados, controlados por un ente superior aún desconocido, los expertos especulan que podría tratarse de la aberración llamada Estado o la monstruosidad parasítica Burguesía. Sea cual sea la entidad marionetera, se sabe que tiene a los policías bajo un firme control, se desconoce si mediante hipnosis, algún poderoso conjuro de control mental o les han vaciado los cráneos y sustituido sus cerebros por ordenadores que puedan programar. En cualquier caso, esta entidad maligna que los controla los usa para su beneficio exclusivo y los utiliza para reprimir ferozmente a todo aquello que considere una amenaza.
Nuestros investigadores aseguran que los policías son seres blasfemos y profanos por propia naturaleza. Por lo que sus progenitores no podían estar unidos en santo matrimonio, o si lo estuvieran, este sería nulo; así que, y, amparándonos en la definición de la RAE «hijo nacido de una unión no matrimonial», podemos afirmar que todos los policías son unos bastardos.
Se rumorea que algunos policías fueron personas una vez, pero aunque un monstruo así pudiese haber sido humano, el fetiche por la autoridad, el ansía de poder y el adiestramiento de sus amos borraron cualquier rastro de humanidad vestigial que hubiese en ellos.
Todo lo que podemos observar en los policías son unas bestias horripilantes, carentes de conciencia propia que actúa al servicio de un Mal superior. Los últimos estudios señalan que si estos seres tienen algún sentimiento propio que no sea fruto del adoctrinamiento debe ser su enorme ego y prepotencia. Aunque otros estudiosos ponen esta teoría en duda, al plantear que una entidad sin materia gris no puede tener emociones. Tal vez sean solo resultado del control al que están sometidos o se trate de los instintos primarios de estos monstruos.
Estos engendros se juntan diariamente en sus madrigueras, denominadas «comisarías». Si usted se cruza con una de estas, el protocolo de actuación recomendado es el siguiente:
- No se alarme, mantenga la calma. Su brutalidad aumenta si detectan miedo.
- Reúna a sus amigos, familiares y seres queridos.
- Obtengan cantidades industriales de gasolina. No discrimine entre diesel o gasoil. Una runa de llamarada también podría servir, pregunte a su arcanista de confianza.
- Preparen agua para evitar que el fuego se extienda a construcciones colindantes.
- Bloqueen los distintos puntos de acceso y salida.
- Utilice la gasolina o la runa para prender fuego la madriguera de las abominaciones.
- ¡Enhorabuena! Ha hecho usted del mundo un lugar mejor.