Carta a José María Aznar: deja de ser una rata ruin, pásate a rata callejera
José María Aznar, tan célebre por expresidente como por fantoche, valga la redundancia, has salido pidiendo elecciones o no sé qué mierdas. Vale, bueno, correcto. A mí eso ni me va ni me viene.
Lo que me ha impactado ha sido el último párrafo del artículo. Al parecer, has dado una charla en la que se ha abordado el tema de la vivienda. Un tema que me interesa particularmente. Es de mi opinión que no se le ha dado a esto toda la atención que merece. Leamos tus palabras:
En mi opinión una de las cosas que pasa en las sociedades modernas es que lo que antes eran expectativas ahora se han convertido en derechos
Esto has dicho, sobre el derecho a tener un hogar recogido en la constitución.
No es lo mismo satisfacer una expectativa que un derecho. Yo tenía la expectativa de tener una casa, pero ahora es un derecho. El problema es cuando eso se extiende
Qué grandísimo problema es que las nuevas generaciones hayan dejado de considerar los derechos como expectativas y hayan empezado a considerarlos como, oh, sorpresa: derechos. Cómo es posible que estos jóvenes de hoy en día lean la constitución, vean la palabra derecho y piensen que esto significa que tienen derecho a algo. Malditos milenials. Maldita generación z. Maldita modernidad.
Lo que más gracia me hace es eso de «ahora es un derecho. El problema es cuando eso se extiende». ¿Qué querías decirnos con esto, José María? ¿Tal vez querías decir que unos pocos (ricos) teníais el derecho a tener una casa, mientras que el resto (muertos de hambre) teníamos la expectativa? ¿Es este el problema, José María? Debe ser eso, claro, que cuando los ricos teníais el derecho, ahí todo bien. Pero que cuando este derecho se extiende a los sucios pobres, ah, entonces tenemos un problema.
Así que el problema está en que la gente solo debería tener la expectativa de tener un hogar. Lo de realmente tenerlo y poder dormir bajo un techo, eso ya lo vamos viendo, ¿verdad, José María? Porque está bien tener expectativas, las expectativas no cuestan dinero, pero eso de que todo el mundo tenga casa no te sale rentable.
Lo que te sale rentable es tener una casa unifamiliar de 617 metros cuadrados en Madrid, veranear en tu exclusivo palacete de 2.000 metros cuadrados en una exclusiva urbanización con servicios de lujo en Marbella y un innumerable patrimonio inmobiliario con el que especular y jugar con las «expectativas» del resto de personas a tener un techo bajo el que caernos muertas. Eso te sale rentable.
Los derechos no te salen rentables, aunque se establezcan en la constitución. Estoy empezando a pensar que la constitución es papel mojado y que vosotros (ricos y políticos) os la pasáis por el forro de los cojones en las raras ocasiones que juega en vuestra contra. Y eso que la escribisteis vosotros. Pero debo estar equivocándome, ¿verdad, José María? Porque, ¿qué sería yo si pensara que me cago en la constitución? Una loca anarquista, como mínimo. O lo que es peor, una loca anarquista que cree que los derechos son derechos y no expectativas ¡y qué disparate sería eso!
En fin, José María, si tú tenías la expectativa de tener una casa, pero no considerabas esto un derecho, desde aquí te animo a que dejes de ser la rata ruin que eres y te conviertas en una rata callejera, que no por ello menos ruin, porque ruin has sido y serás siempre, pero al menos como rata callejera, viviendo sin un techo, sin palacete de lujo, sin servicio y sin 2.000 metros cuadrados con pistas de pádel, quizás así dejes de considerar expectativas a los derechos fundamentales. Solo quizás, claro. Porque las ratas ruines como tú no entendéis de derechos.
